Quienes somos

Nuestra ubicación

Trufas Imperial, se sitúa en Lechón, pueblo ubicado en la Comarca de Daroca, localidad Zaragozana situada en la basta llanura denominada Campo de Romanos, de donde proviene nuestra trufa Fresca (Tuber Melanosporum). Trufa de Périgord

Nuestro campo

Sin ningún tipo de aporte de sustratos artificiales al campo, nuestra tierra, con un depósito carbonatado de tipo lacustre, es óptima debido a los suelos ligeros, que evitan el encharcamiento, y su estructura caliza con un PH idóneo.

Se encuentra en una meseta de altitud de 1000 m sobre el nivel del mar, en un clima frío, seco y soleado; clima de tipo mediterráneo continental de escasa pluviosidad y contrastes de temperatura entre estaciones, lo que le da una calidad superior y una perfecta maduración.

Condiciones del campo

Aplicamos a nuestros campos el riego necesario en las épocas secas de verano. Al ser el terreno y el clima adecuados, con buena aireación y sol, se evita la entrada de otros hongos colonizadores de calidad inferior, como puede ser el Tuber Brumale, como ocurre en otros territorios y países.

En Trufas Imperial nuestra intención es dar a conocer nuestra tierra, una tierra que cultiva una de las mejores trufas que puedan existir y de las mas exquisitas del mercado, la trufa Negra ó Trufa de Périgord.

PRODUCCIÓN

Un producto de producción propia
Proceso de recolección

Nuestro proceso de trabajo empieza una vez recolectada la trufa, con perros, en su punto de maduración perfecto. Llegan a nuestras instalaciones donde son cepilladas, lavadas para eliminar la tierra, desinfectadas y catalogadas por peso, forma y tamaño, de ahí se hace una selección cuidada y con criterios establecidos para dotarlas de la máxima calidad. Mediante una “lupa” de precisión las trufas incompletas o larvadas se analizan y clasifican para su venta, o se desechan. No olvidemos que es un producto alimenticio y debe cumplir unas normas sanitarias y de calidad.

Finalmente se envasa en una barqueta etiquetada con la información necesaria para su comercialización, garantizando así el mantenimiento de sus cualidades.

“Un producto directo del campo al plato”

Gracias a nuestra situación geográfica podemos realizar envíos a cualquier parte en 24 h / 48 h.

La trufa

Las Trufas son el fruto de un hongo subterráneo, fruto de un micelio que se desarrolla en asociación con las raíces de ciertos árboles o arbustos a los que se denominan especies truferas, por ejemplo: el roble, la coscoja, el avellano o la encina. Se encuentran debajo de la superficie del suelo a unos 20 cm. de profundidad aproximadamente. Hay mas de 30 variedades. En Trufas imperial trabajamos Trufa negra (Tuber Melanosporum), la trufa de Invierno o Trufa de Périgord.

Trufa Negra de invierno

Su color y su época de recolección es la que su propio nombre indica, “negra y de invierno” (noviembre a marzo). De forma más o menos redondeada dependiendo de la estructura del suelo donde se cría, su corteza de forma piramidal, su color variando de marrón a negro según el grado de maduración, y en el interior negra con finas ramificaciones blanquecinas (gleba).

La Trufa negra es la más valorada en la cocina, de aroma delicado y penetrante, una vez se prueba es difícil de olvidar, su valor y rendimiento son inigualables.

El cultivo de la trufa

La Trufa negra es un hongo micorrícico que crece asociado a las raíces de determinados árboles sobre suelos básicos (pH > 7). Para poder cultivarlo es necesario disponer del terreno idóneo y adquirir el inóculo micorrícico del hongo.
Antes de iniciar cualquier trabajo de plantación de árboles truferos, se fresa el terreno con un tractor para eliminar la vegetación competidora y favorecer la formación de raíces nuevas en los árboles que se van a micorrizar. Una vez realizada la plantación se hacen pases superficiales sobre el terreno para eliminar las malas hiervas competidoras sin sobrepasar  los 10 cm de profundidad, para no dañara los pies de los arboles.
Gracias al movimiento de tierra se mejora el aprovechamiento y la conservación del agua de las lluvias. Asimismo, esta optimización permite el crecimiento del sistema radicular superficial del árbo, necesario para la formación de la trufa.